Desde tiempo inmemorial, cada veinticinco de abril los habitantes de Puente Genil se esparcen por caseríos, huertas y campiñas para compartir con familiares y amigos un día de campo con motivo de la festividad de San Marcos Evangelista.
Para rastrear el origen de esta celebración hay que recordar que en el mundo antiguo esta fecha marcaba el fin del invierno y el comienzo del verano. Fiesta pagana, cristianizada bajo el manto protector de San Marcos, anunciador de mayo, benefactor de cosechas y lluvias, de ahí el dicho popular, “San Marcos, rey de los charcos”.
Si bien la fiesta no tiene un lugar fijo de celebración, desde hace algún tiempo la Hermandad de San Marcos lleva a cabo una serie de actos religiosos y lúdicos, como la Misa de Romeros o la “Velá”, culminando con la romería que desde el ex convento de La Asunción recorrerá las calles del casco urbano hasta el Parque Príncipe de Asturias, donde tienen lugar distintos concursos o actividades, siempre al ritmo del cante y baile por sevillanas. Entretanto y recordando lo inmemorial de la celebración, los vecinos entre los sembrados de trigo, jaramagos y margaritas “atarán al diablo” haciendo un nudo a un manojo pequeño de hierba.
Sin duda, es la gastronomía una de las señas de identidad de la festividad de San Marcos. Por eso se torna imprescindible la presencia del típico salmorejo cordobés o la ensalada “sanmarqueña”, receta local a base de pan, ajo, hierbabuena, lechuga y huevos duros.
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